La defensa de los pueblos originarios y sus tradiciones milenarias no son una moda, son creencia e ideal, alto a la devastación de los recursos naturales para satisfacer la codicia y el enriquecimiento de unos pocos, en México y en todo rincón del mundo: la mamacita Tierra no se vende, se cuida, se trabaja, ¡se protege y se defiende!
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